Cuando la Vida Acelera: Comprender el Estrés y la Ansiedad para Recuperar la Calma

erapia cognitivo-conductual, un enfoque probado para el manejo del estrés

Vivimos en una sociedad marcada por el ritmo acelerado, la sobre exigencia y la constante búsqueda de resultados. En este contexto, el estrés y la ansiedad se han convertido en fenómenos tan comunes que muchas veces los normalizamos, sin detenernos a reflexionar sobre su impacto en nuestra vida cotidiana y nuestra salud mental.

¿Qué son el estrés y la ansiedad?

El estrés es una respuesta natural de nuestro cuerpo ante situaciones que percibimos como desafiantes o amenazantes. Por su parte, la ansiedad es una emoción que suele surgir como una anticipación de posibles peligros o problemas futuros. Si bien ambas respuestas son normales en cierta medida, se vuelven problemáticas cuando se hacen persistentes y afectan nuestro bienestar emocional, físico y social. Y cada vez más convivimos con ellas como si se tratara de una mochila que no podemos dejar. 

La ansiedad es una señal de alarma, un estado que nos alerta de que algo en nuestro interior o en nuestra relación con el entorno requiere atención. Luciano Luterau, psicoanalista contemporáneo, sostiene que «la ansiedad no solo tiene que ver con lo que tememos, sino con lo que deseamos y no alcanzamos a resolver». Este enfoque nos invita a pensar en la ansiedad como un indicador de nuestras tensiones internas y los conflictos entre nuestras expectativas y la realidad. Y las expectativas autoimpuestas suelen ser muy altas y en ocasiones casi imposibles de alcanzar a no ser que dejemos la salud como pago. 

El filósofo surcoreano Byung-Chul Han también aporta reflexiones valiosas sobre esta temática. En su obra La sociedad del cansancio, Han describe cómo vivimos en una época donde el rendimiento y la autoexigencia se han transformado en imperativos. Esta «sociedad del rendimiento» genera sujetos que se explotan a sí mismos en su búsqueda de éxito, cayendo en estados de agotamiento y ansiedad crónica.

¿Cuáles son esos factores que generan estrés y ansiedad?

  • Sobrecarga laboral: Vivimos una presión constante por alcanzar metas en el trabajo, y la sensación de que nunca es suficiente. Llevándonos a un desgaste excesivo. 
  • Exposición continua a las redes sociales: Nos comparamos con los demás y la necesidad de «estar siempre conectados», intensificando el maletar
  • Falta de tiempo para uno mismo: Las agendas llenas y la dificultad para priorizar el autocuidado hacen que posterguemos nuestras necesidades emocionales.
  • Incertidumbre económica y social: Los cambios constantes en el panorama global y local generan un estado de alerta continuo.

La Cultura nos exige adaptarnos a un conjunto de normas y expectativas que, aunque necesarias, también pueden ser fuente de malestar psíquico. Hoy, esta exigencia cultural se amplifica en un mundo que parece no detenerse jamás. Por su parte, Byung-Chul Han señala que esta auto imposición de metas inalcanzables nos convierte en víctimas de un sistema que nos impulsa a ser nuestros propios opresores.

¿Cómo afecta el estrés y la ansiedad?

  • Físicas: Dolores de cabeza, tensión muscular, insomnio, problemas digestivos.
  • Emocionales: Irritabilidad, tristeza, dificultad para concentrarse, sensación de estar «abrumado».
  • Sociales: Dificultades en las relaciones, aislamiento, falta de disfrute en actividades cotidianas.

Es importante destacar que estos síntomas no son «debilidades» ni «falta de carácter». Como señalaba Freud, el sufrimiento psíquico es inherente a la condición humana, pero no debemos resignarnos a él.

La importancia de acudir a terapia

El tratamiento del estrés y la ansiedad requiere de una mirada profunda y personalizada, y es aquí donde la psicoterapia desempeña un rol fundamental. La terapia nos ofrece un espacio para:

  • Reflexionar sobre las causas de nuestro malestar.
  • Comprender los patrones de pensamiento y comportamiento que perpetúan el estrés y la ansiedad.
  • Aprender nuevas formas de relacionarnos con nosotros mismos y con el mundo.

Luciano Luterau menciona que «el trabajo terapéutico no consiste en eliminar la ansiedad, sino en darle un sentido». En este sentido, la terapia no busca «borrar» nuestras emociones, sino ayudarnos a escucharlas y comprenderlas.

Byung-Chul Han también nos invita a replantearnos nuestra relación con el tiempo y el rendimiento, recordándonos que es necesario aprender a «desacelerar» y a encontrar momentos de contemplación para contrarrestar el ritmo frenético que nos impone la modernidad.

Una cita con el autocuidado

Si te sientes identificado/a, recuerda que no tienes que enfrentar el estrés y la ansiedad solo. Buscar ayuda psicológica es un acto de valentía y amor propio. Permitirte este espacio es una manera de priorizar tu bienestar y construir una vida más equilibrada.

Y aunque el acceso al inconsciente sea complicado y nos haga pensar que» no somos dueños de nuestra casa» (Freud); pero con ayuda profesional, podemos empezar a entender y reorganizar esa casa interna, para habitarla de una manera más armónica y plena.

© Erica Santolaria Sanagustín 

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